Una de las cosas que más había querido hacer era viajar por México y conocer todos esos rincones que siempre veo en fotos. Todos los años la familia de Chema organiza un viaje donde van como 40 personas -entre familia y amigos que se unen- y este año mis papás, mi abuelita y yo decidimos unirnos a la aventura. Por fin, logré hacer ese viaje que se convirtió en el más inolvidable de mi vida rodeada de la mayoría de las personas que más amo.
Les voy a ir relatando día con día lo que hicimos y cómo le sacamos el máximo provecho a nuestros días por el Bajío Mexicano.
Día 1. Sábado:
Tomamos un vuelo a las 7:00am hacia CDMX para poder llegar a tiempo a un concierto de mi cuñado Santi (toca la batería ¡INCREÍBLE!). Entre que recogimos maletas y salimos nos dio la hora de la comida y nos fuimos al Fishers de Polanco donde me comí un pulpo rostizado eeeeeespectacular. De ahí nos fuimos al concierto en el Lunario y saliendo, fuimos a dar una vuelta a Antara… ‘Cuz baby needed some makeup shopping 😉
Mi cuñadito Santi, el súper el baterista ❤
Blazer: SheIn (aquí)
Uno de los highlights de CDMX fue el Airbnb que consegui con mis papás en las Torres WTC de la colonia Nápoles (tal cual el que rentamos ya no está ¡pero hay muy buenas opciones!), con una vista increíble, súper bonito y MUY cómodo.
Día 2. Domingo:
Nos levantamos tempranito para caminar por la Nápoles y conocer un poco los alrededores, y luego me fui con Chema y TODA su familia al centro histórico de la CDMX (quienes lo conocen saben por qué hago énfasis en toda… Simplemente digamos que son muchos jajaja). Aprovechamos para entrar al Museo de Bellas Artes -que me pareció realmente un espectáculo… No sólo las obras sino los detalles coloniales del lugar- y de ahí caminamos hasta el Zócalo, parándonos de tiendita en tiendita porque OBVIO ¡soy una shoppaholic curiosa! Luego, como ya era casi de noche y moríamos de hambre, fuimos a comer en el tradicional restaurant La Opera Bar -donde un disparo Pancho Villa quedó incrustado en el techo- y de ahí nos encaminamos a descansar.
Reloj: Timex (aquí) / Blusa: Shein (aquí)
Museo de Bellas Artes
La Opera Bar (si ven arriba, del lado derecho de la columna hay un punto negro entre la columna y el arco… Ese es el disparo de Pancho Villa)
Día 3. Lunes:
Arrancamos temprano 6 coches llenos de gente (les dijo que son MUCHOS <3) a Querétaro -porque sabíamos que nos iba a tocar un poco de tráfico- y casi llegando tuvimos una parada obligada: la Barbacoa Santiago. Con toda sinceridad, no soy muy fan de la barbacoa pero a toda la familia de Chema le encanta y estaban fascinados con la de ese lugar. Llegamos alrededor del mediodía al hotel Misión Express Querétaro que es de esos hoteles súper cómodos y perfectos para pasar la noche y aprovechamos para recorrer un poco la ciudad antes de irnos al centro histórico, donde fuimos a un tour BUENÍSIMO de Leyendas y Mitos de Querétaro, que dura hora y media y es súper divertido para todas las edades.
Famoso Acueducto de Querétaro
Con todo el hambre del mundo fuimos a cenar a la
La Antojería de la Casona, que la verdad la comida es muy rica, pero si van con un grupo grande no se los recomiendo… ¡Morirán de calor! De ahí nos regresamos al hotel, pero como íbamos más o menos 10 primos contemporáneos, nos cruzamos al Bar La Chelería
-digo cruzamos porque era literalmente frente al lobby del hotel- y nos echamos los drinks más baratos del mundo… Estuvimos como 5 horas y ¡no pagamos más de $200 pesos c/u!
Bar La Chelería
Día 4. Martes:
Nos levantamos a buena hora para recoger y desayunar en el hotel. Ahí nos dividimos porque los niños querían ir al parque Bicentenario, mis papás tomaron un tour por el centro y Chema, mis cuñados y yo nos fuimos a pasear a Plaza Antea y de ahí agarramos todos carretera a Guanajuato. No fue el mejor día porque me empecé a sentir MUY mal del estómago y la carretera se me hizo interminable… Moría por ir al Callejón del Beso pero estaba tan debilucha que me quedé en el hotel México Plaza Guanajuato y dormí de corrido hasta el día siguiente.
NOTE TO SELF: ¡¡Tenemos que regresar a Guanajuato plis!!
Día 5. Miércoles:
Sintiéndome un poquito mejor pero a punta de Gerber y pan tostado, nos fuimos al centro y subimos en el funicular hasta el Mirador del Pípila. Es espectacular lo pintoresca que se ve la ciudad desde arriba… Los colores y los aromas de los puestos de comida hacen que sea una experiencia increíble.
Mirador del Pípila / Outfit: SheIn (aquí)
Mirador del Pípila con mis papás
Viendo que ya se hacía un poco tarde, arrancamos a buscar dónde comer… Veíamos miles de lugares en Google Maps pero a nadie se le antojaba nada, así que decidimos arrancar hacia San Miguel De Allende, con la sorpresa de que encontramos el lugar más increíble donde menos lo esperábamos: El Rincón del Cielo. Es un restaurant que a lo mejor no te dice nada por fuera, pero tan sólo con la vista que tiene vale 100% la pena.
Terminamos de comer y nos encaminamos hacia San Miguel de Allende, donde casi a medianoche llegamos a nuestro hotel Hacienda Los Picachos.
Día 6. Jueves:
Este es el día del que más me emociona escribir… Voy a darles una pasadita, pero si quieren saber más ¡tienen que leer mi post sobre La Pedida de Mano!
Nos levantamos a buena hora para desayunar en el hotel, con una vista espectacular y todos arregladitos para una “sesión de fotos familiar” que tendríamos al terminar. Como algunos de ustedes ya saben, esa sesión de fotos terminó siendo el mejor momento de mi vida: ¡Chema me propuso matrimonio! Terminamos de celebrar ese momento tan bonito y nos fuimos todos al centro a pasear y recorrer un poquito los alrededores… Está de más decir que para mí todo ese día fue espectacular jajaja, pero realmente San Miguel es un pueblo mágico del que nadie se puede perder.
Regresamos al hotel a cambiarnos porque ya estaba entrando un poco el frío, y de ahí nos fuimos varios a cenar taquitos al centro y luego nos fuimos a bailar y tomar unos drinks al Bezzito Lounge.
Día 7. Viernes:
Después del mejor día, era hora de regresar a CDMX. Casi llegando a casa de mi suegro, descubrí un paraíso: ¡¡Premium Outlets Punta Norte!! Si están en plan de shopping, les recomiendo mucho esta plaza… Tiene muy buenas tiendas y a muuuuuy buen precio todo.
Como ya habíamos hecho público el compromiso, había familia de Chema en CDMX que quería vernos y felicitarnos, así que nos fuimos a cenar al Sushi Itto -que en verdad, nunca falla-.
Premium Outlets Punta Norte
Día 8. Sábado:
Ese día, Chema y yo decidimos consentirnos mutuamente. Fuimos a desayunar barbacoa a la Barbacoa el Mexiquense (que en mi post de cuando fuimos a CDMX en Noviembre les doy mi review) y para consentirme a mí, como siempre había querido ir al Bazar del Sábado nos encaminamos hacia allá. Llegamos y yo estaba FASCINADA, hay tantas cosas bonitas que comprar, recuerditos y artesanías y sobretodo, que los alrededores son ¡UNA BELLEZA!
Acercándose la hora de la comida, nos fuimos al Mercado del Carmen que es justo el concepto que me fascina: miles de lugarcitos Gourmet de donde elegir, en un ambiente chic y súper dinámico.
De ahí nos fuimos a un lugar que nos encanta: el Ando Mareado. La verdad, su menú de mariscos es espectacular y aparte el ambiente es muuuuy sabroso… Tanto, que nos enfiestamos con unos amigos y nos dieron ¡casi las 2 de la mañana!
Día 9. Domingo:
Como todo lo bueno se acaba, it was time to go home.
Me quedan los mejores recuerdos de este viaje, rodeada de familia y de personas increíbles que hicieron todo por que fuera un viaje inolvidable.
Gracias a todos los que compartieron momentos tan bonitos con nosotros, y espero que a todos ustedes les sirvan mis recomendaciones.
¡Gracias por leerme!